domingo, 29 de junio de 2008

una gran mano










Cuando realizo un trabajo fotográfico y en el que las personas están presentes o son las protagonistas del mismo, siempre me enfrento a la misma incertidumbre: ¿que tal será aceptada mi presencia y de mi cámara? ¿Habrá colaboración y buen rollo?

Ayer se celebró una “charlotada” de esas de toda la vida, recuerdo como desde pequeño ya las disfrutaba de la mano del bombero torero y quería revivirla, pero ahora quería hacerlo como fotógrafo y trasladar a través de mi mirada la actividad de estos actores, el esfuerzo de unas personas por hacer bien su trabajo y que tratan de agradar a su público, la mayoría niños, pero otros no tanto.

Saqué mi entrada del “chino torero” y en vez de dirigirme hacia donde iba todo el mundo, me fui a la entrada de toreros, mostré la entrada y pasé, saludé a todo el mundo y pregunté lo más educadamente posible si podía hacerles unas fotos –momento crucial para mis intereses fotográficos- respuesta bastante tibia, pero si percibí esos gestos y esas sonrisas furtivas que me indicaban que era bien recibido. Sobre todo por Miriam, que enseguida empezó a coquetear con la cámara -es Colombiana y esta casada con uno de los componentes del equipo de actores-. Pasa con frecuencia que me encariño con alguna de las personas, ya sea por su actitud, por su talento o gracia o simplemente porque detecto que va a ser la protagonista de mi reportaje y esta vez ha sido Miriam, aunque tengo que decir para sorpresa mía que todos ellos quisieron ser protagonistas, posando de buen grado y con gestos de afecto y amabilidad. Me preguntaron qué si les hacia una foto a todos juntos y sí se la podía hacer llegar, ¿tenéis algún e-mail? Todos me lo apuntaron, mandaré las fotos en cuanto pueda, seguro.

Al despedirme con un “muchas gracias por todo” un gesto me hizo de volver unos pasos, una pequeña mano se me ofrecía extendida, la agarré con fuerza, con amistad, en ese momento ya no me parecía tan pequeña, los dos sonreímos. ¡Que bien!

1 comentario:

  1. Me ha parecido un reportaje genial. ¿cuánta vida se desprende de las fotografías?. Un vecino de Religosos.

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