sábado, 18 de octubre de 2008

Briareo el gigante



Levantóse en esto un poco de viento, y las grandes aspas comenzaron a moverse, lo cual visto por don Quijote, dijo:


—Pues aunque mováis más brazos que los del gigante Briareo, me lo habéis de pagar.

Y en diciendo esto, y encomendándose de todo corazón a su señora Dulcinea, pidiéndole que en tal trance le socorriese, bien cubierto de su rodela, con la lanza en el ristre, arremetió a todo el galope de Rocinante y embistió con el primero molino que estaba delante; y dándole una lanzada en el aspa, la volvió el viento con tanta furia, que hizo la lanza pedazos, llevándose tras sí al caballo y al caballero, que fue rodando muy maltrecho por el campo. Acudió Sancho Panza a socorrerle, a todo el correr de su asno, y cuando llegó halló que no se podía menear: tal fue el golpe que dio con él Rocinante.

Del capítulo VIII, don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes.

3 comentarios:

  1. Enhorabuena, ¡qué buen momento para hacer la foto!

    Tengo que ir a conocer tu tierra.

    Un saludo.

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  2. Querido Antonio, la verdad que estuve haciendo fotos durante este raro atardecer, con lluvias intermitentes, pero me di cuenta que la espera podía tener su recompensa, inesperadamente el cielo se fue tornando de un color rojizo, ésto junto a la luz de ambiente que aún quedaba y las incipientes luces del pueblo crearon este equilibrio. Gracias, saludos

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  3. Buff... cuánto me queda por aprender...
    Un saludo.

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