Silos de Quero

Un amigo nos ha invitado a visitar un Silo que ha adquirido en la vecina localidad de Quero, esta restaurándolo, entramos y nos explica de esta vivienda su distribución y usos de las distintas estancias, así como la bondad de estas construcciones en cuanto a la temperatura constante que mantienen a lo largo del año, veinte grados aproximadamente, sobre todo los veranos son muy fresquitos -nos dice-. Son viviendas excavadas en la ladera que sobresale en la parte alta de la ciudad, Silos derecha y Silos izquierda, según la referencia de la Ermita.

La distribución interior de estas viviendas no obedece a ningún patrón, pues incluso al primer diseño se le podía añadir espacio excavando de nuevo hacia el interior y según las necesidades de la familia. La más corriente es encontrarnos con: una estancia principal donde se realiza la vida más cotidiana (y hablo en presente porque aún hay Silos habitados) donde se puede ubicar la cocina, con fuego bajo, mesa y banca, alrededor están los dormitorios, la despensa, la bodega y las cuadras con pesebre y pajar para el animal de tiro o incluso gorrinera (estas últimas actualmente con otros usos), el pozo se solía ubicar generalmente a la entrada, así como el cuarto de baño por ser de realización más tardía.

A diferencia de otros Silos localizados en otras ciudades como Villacañas o Madridejos que no cuentan con fachada, pues están enterrados y su acceso se hace a través de una escalera o rampa, es importante destacar que los de Quero son más luminosos al contar con ventanas al exterior en su fachada.

Destacar la belleza singular de esta arquitectura rural, con los exteriores e interiores enjalbegados, puertas de colores, pequeñas ventanas y esas chimeneas que nacen de la tierra. Por cierto, ahora están protegidos.

La señora Adriana que vive en su Silo de Quero, me vio haciendo fotos cuando se iba a la compra, ¿Quiere usted pasar y verlo por dentro? Y es que cuando hablo de las gentes de La Mancha se me recarga de tinta... el boli, ...iba a decir. Una explicación de lo más detallada, un posado para la cámara y un vaso de agua fresquita del pozo, es de agradecer, ¿no?