lunes, 5 de mayo de 2008

de viña en viña





Cuando me encargaron realizar las fotos para el libro del vino de nuestra Región -mil novecientos noventa y nueve y textos de Enrique Sánchez-, aparte del clásico hormigueo en el estomago y a pesar de haber realizado ya algún que otro encargo de cierto compromiso, había algo que me preocupaba enormemente, pues mis escasos conocimientos sobre viticultura eran evidentes, y claro no quería realizar una buena foto sobre un racimo -por ejemplo- y que luego fuese echada para atrás por algún defecto de éste o por tener alguna enfermedad o vaya usted a saber qué...

Conocí a Vicente Lara de manera fortuita en una visita a una bodega, en seguida hubo química y más adelante se ofreció para asesorarme, sobre todo en lo a que viñedos se refería, ¿qué experiencia avalaba a Vicente? en aquellos momentos era asesor de viñedos como: Dehesa del Carrizal, Valle García, Marqués de Griñón y Calzadilla entre otros. Recorrimos miles de kilómetros juntos, pateamos infinidad de viñas, me enseño a hacer injertos, a conocer enfermedades de las vides, como se realizan las distintas formas de poda, etc, etc... Él y sus manos aparecieron en más de una foto en el libro.

Más adelante lo visitaría en su pueblo natal Tomelloso, aquí me acompañó para visitar cuevas bodega, artesanos varios y amigos suyos que salen con las reatas de mulas para la romería de la Virgen de las Viñas. Toda su ayuda y lo aprendido a su lado es impagable. Aún hoy nos seguimos viendo con cierta frecuencia.

Ayer me sonó el móvil, era Vicente, es grato ver el nombre de un amigo en la pequeña pantalla, “Miguel vente mañana para que veas a un artesano que hace carros y mulas en miniatura”. Un pretexto más para vernos y tomar unas cañas.

Vicente Lara, amigo de Tomelloso, ...de cierto.

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