Risas, juegos, estos niños no paran, la piscina es un manantial de vida, gotas de agua que bullen con viveza en todas direcciones, me mojan, me salpican, zambullidas y gritos de alegría de estar pasándolo bien, me sumerjo durante unos instantes, silencio y mirada turbia, salgo y miro ese cielo inmenso, nítido y claro, todo es azul. Golondrinas que parecen pasar envidia y se acercan, revolotean y beben el preciado líquido en rasante pasada. Afuera hace mucho calor,…me resguardare en el sombrajo para la merienda y escuchar historias que veo en esos ojos alegres y enrojecidos. Todo parece estar bien.
Hace 1 día
Menudo procesado potente. Como me atrae esa pared con desconchones azules.
ResponderEliminarSaludos
me gusta el título, le da -creo- una dimensión distinta a la foto -muy buena- reflejando el paso del tiempo sobre todas las cosas, también cuando fuimos félices saltando en la piscina....
ResponderEliminarPreciosa foto y precioso texto. Que gusto dar encontrarse todo según se dejo. Un saludo.
ResponderEliminarCreo que cuantos mas años tengo mas veces atravieso ese tipo de sensaciones :)
ResponderEliminarFantastica foto y soberbio tu relato.
Saudiños
Ahora si.
ResponderEliminarEn mi ordenador no veo la fotografía entera de golpe, al quedar sin verse el fondo de la antigua piscina la impresión recibida fue impactante... mi sentido kinesiko me hizo ver agua donde no la había, pero esto no importa, lo que me importa es que la sensación acompaño al texto haciendome vivir a la vez que lo leia todo cuanto en el contabas... dudé,si, mas ese es precisamente el efecto que te impacta... ¿es o no es real? Era como estar viendo una hermosa acuarela visual y escrita... una maravilla...
El lugar me seduce en su abandono, en su perpetua quietud, una quietud serena que transmite esa herrumbre y esa planta ya sin vida pero que le brinda a uno la emoción de sentir su sonido ante el aire que la agita...
Gracias por brindarma la posibilidad de recrearme y por la información... no tenía ni idea de que el tejado de un molino fuera movil!!!
Lo que fuimos y lo que somos. Un saludo
ResponderEliminarTenía 16 años, en los olivos, al final de cuatro caminos, en un día de merienda en el campo, el primer beso, cerca de una piscina abandonada, como esta, recuerdos, vivencias... Gracias por traerlos de nuevo a mi. Un día de estos pasaré por allí a ver que queda de aquello...
ResponderEliminarQué poco necesitan nuestros íntimos fantasmas para disfrutar. En ese azul está el agua entera. En ese esqueleto habita toda nuestra carne.
ResponderEliminarMe faltó un ángulo y percibí el efecto de un riachuelo. Admiro tu dominio sobre el color. Muy original.
ResponderEliminarCómo añoran el agua que fue
ResponderEliminarlos juncos que ya no son.
Me quedo con esa pintura que has creado en el reflejo del agua y con ese ambiemte que has creado en tu narración!
ResponderEliminarMe gustan!!
Un abrazo.