en la tienda

- ¿A quién le toca?
- A mí, buenos días.
- Buenos días, ¿qué desea?
- Bueno mire, soy un cliente habitual que suelo realizar los pedidos por teléfono y deseaba conocer la tienda.
- Pues encantado, aquí estamos para lo que quiera.
- Que grande es esto y que bien expuesto todo, pero no veo lo que quiero, quería una escavadora.
- Si quiere verlas hay un montón de ellas en el corral, con la crisis de la construcción no sabemos que hacer con tantas, además hay también muchas grúas, hormigoneras, camiones con volquete, ya sabe…
- No, no, una escavadora. Estarán baratas, ¿no?
- No se crea,…perdone mi indiscreción ¿para qué la quiere? Parece que a todos ustedes les ha dado por lo mismo.
- Bueno, es que un señor tuvo la iniciativa y ya sabe lo de la “envidia sana”
- Si, que original,…si culo veo, culo quiero… ¿algún color en especial?
- Amarilla me sirve.
- ¿Cómo se la va a llevar? Ya sabe que una escavadora en alta resolución le va a pesar mucho.
- He traído un disco duro.
- ¿Entorno o paraje va a necesitar?
- No, de eso ya tengo uno. Por cierto ¿los cielos donde los guardan?
- Si se asoma por la ventana y mira para arriba los verá.
- Ah! Pues sólo veo uno.
- Espere que están almacenados por capas, se los voy mostrando y usted me dirá.
- Ahjajaaaaa…, ahjajaaaaa…, este, este, no, no,…este. La cuenta por favor.
- Le comento que en unos días vamos a tener un buen surtido de plantas, flores, bichos, insectos.
- Ya veré. Adiós.
- Vaya usted con Dios.