martes, 2 de julio de 2013

calabobos

2 comentarios:

  1. Nunca se detienen las raíces del óxido, nunca cesa esa herida por la que respiramos.

    Un abrazo, Miguel.

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  2. Cabecitas esperando que llueva sobre ellas para que les crezca el pelo :)))

    Tamos muy lluviosos, si :) Será cuestión de dejar de llorar y aprender a sonreír :)))

    Filigranas sin control... hilos desprendidos... efecto gravitatorio... y no sólo...

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