Hace unas semanas recibí un e-mail de mi amigo Antonio Vergara, nos invitaba a la presentación del anuario gastronómico 2008 de la Comunidad Valenciana y del cual es autor, esta invitación era una excusa perfecta para acercarme una vez más al Levante, siempre es agradable visitar la tierra de tus antepasados (mis abuelos paternos originarios de Ayelo de Malferit vinieron a Alcázar en el año mil novecientos veintiocho), así que, sin pensarlo dos veces...
Esa era una excusa y otra es encontrarse con amigos cocineros, disfrutar de alguna comida y hacer fotos, pues Antonio siempre me solicita alguna fotografía para su archivo y otros usos...
Una de las comidas se celebró en plena Albufera, disfrutando del silencio característico de estos parajes, solamente roto por los aleteos de los patos y otras aves y a pocos minutos de la bulliciosa y activa ciudad de Valencia, degustamos alcachofas, arroces, dulces y vinos de Alicante, todo muy bueno.
Esa era una excusa y otra es encontrarse con amigos cocineros, disfrutar de alguna comida y hacer fotos, pues Antonio siempre me solicita alguna fotografía para su archivo y otros usos...
Una de las comidas se celebró en plena Albufera, disfrutando del silencio característico de estos parajes, solamente roto por los aleteos de los patos y otras aves y a pocos minutos de la bulliciosa y activa ciudad de Valencia, degustamos alcachofas, arroces, dulces y vinos de Alicante, todo muy bueno.
Os daré cierta envidia si os digo que he quedado invitado para visitar de nuevo la Albufera para la primavera que viene, pues me dicen que es cuando los arrozales están más bonitos, dar un paseo en barca y comer un arroz típico en el corazón de este paraje, ya os contaré...
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